Cuando un perro envejece, cada paso cuenta. La movilidad se vuelve un espejo de su bienestar físico y emocional. En esta guía te ayudamos a comprender por qué tu perro mayor puede sufrir dolor o rigidez, cómo detectarlo a tiempo y qué hacer para devolverle comodidad, confianza y calidad de vida.
Autoría: Equipo de Cuida a tu Perro Viejo · Última actualización: 4 de octubre de 2025

Con los años, el cuerpo de nuestros perros cambia: los músculos pierden fuerza, las articulaciones se vuelven menos flexibles y actividades simples, como subir al sofá o caminar por el parque, pueden convertirse en un desafío. Sin embargo, la pérdida de movilidad no es un destino inevitable. Con una detección temprana, rutinas adecuadas y apoyo veterinario, es posible prolongar su vitalidad y reducir el dolor de manera significativa.
Muchos perros mayores presentan signos de dolor articular sin diagnóstico, a menudo confundidos con “vejez normal”. Detrás de esa cojera leve o ese rechazo a jugar puede haber artrosis, displasia de cadera o problemas cervicales que requieren atención profesional. Reconocerlo a tiempo es el primer paso para cuidar su bienestar.
⚠️ No automediques a tu perro; consultá siempre con un veterinario.
¿Por qué los perros mayores pierden movilidad?
La movilidad de un perro es el reflejo de su salud integral. Con el paso del tiempo, los tejidos articulares y musculares se deterioran lentamente, lo que puede generar rigidez, inflamación y dolor. Este proceso natural del envejecimiento se acelera por factores como el sobrepeso, la falta de ejercicio o lesiones previas no tratadas.
En un perro joven, el cartílago articular actúa como un amortiguador elástico que permite que los huesos se deslicen sin fricción. En la vejez, ese cartílago pierde elasticidad y se adelgaza. El resultado es un roce doloroso, inflamación y pérdida progresiva de movimiento: artrosis canina u osteoartritis.

Cambios fisiológicos comunes
- Pérdida de masa muscular: la inactividad prolongada provoca debilidad en músculos de sostén (cadera y hombros).
- Desgaste articular: menos líquido sinovial → articulaciones menos lubricadas y más dolorosas.
- Problemas neurológicos: patologías medulares o cervicales afectan coordinación y equilibrio.
- Cambios metabólicos: obesidad o alteraciones hormonales agravan el estrés articular.
Síntomas y señales de dolor articular en perros mayores
Detectar el dolor en un perro mayor puede ser un desafío, porque muchos lo ocultan instintivamente. Observar su lenguaje corporal es clave: un leve cambio en la forma de caminar o en la postura al dormir puede indicar incomodidad.
Ejemplo real: con Dakota ocurrió algo revelador: corrió a ladrar y, al subir un escalón, resbaló. Ese día quedó cojeando y al siguiente ya no podía caminar; comenzó a arrastrar el tren posterior. Esa evolución rápida fue la señal para ir al veterinario sin demora.
Síntoma | Posible causa | Acción recomendada |
---|---|---|
Dificultad para levantarse o subir escaleras | Artrosis o displasia de cadera | Evaluación veterinaria + radiografía |
Cojera intermitente o rigidez matinal | Dolor articular leve o inflamación | Descanso + fisioterapia guiada |
Pérdida de interés en juegos o paseos | Dolor crónico no tratado | Analgesia prescrita + control de peso |
Movimientos lentos o torpes | Problemas neuromusculares o cervicales | Revisión neurológica y radiológica |
Diferenciá si se trata de dolor agudo (golpe, caída, sobreesfuerzo) o dolor crónico (progresivo y persistente). El manejo cambia y el pronóstico también.
Diagnóstico veterinario y pruebas recomendadas
La observación en casa es el punto de partida, pero solo una evaluación veterinaria completa confirma la causa del dolor o de la pérdida de movilidad. Se integran examen físico, pruebas de imagen y análisis funcionales.
Experiencia: en el caso de Dakota, el diagnóstico y la medicación durante varias semanas le devolvieron la marcha y la autonomía para defecar por sí misma. Varias veces hubo que ayudarla a levantarse: entender esos límites cotidianos orienta el plan terapéutico.
- Palpación y observación dinámica: valoración de marcha, postura y rango articular.
- Radiografías: para desgaste de cartílagos, osteofitos o displasia.
- Ecografía musculoesquelética: tendones y ligamentos.
- Resonancia magnética (RMN): en casos neurológicos o cervicales complejos.
- Análisis de sangre y orina: para descartar causas metabólicas o infecciosas.
⚕️ Recordá: solo el veterinario puede recetar antiinflamatorios o analgésicos. No uses medicamentos humanos.
Tratamientos y cuidados para perros mayores con dolor articular
El objetivo no es “curar” la artrosis, sino mantener la funcionalidad y minimizar el dolor. El plan ideal combina estrategias médicas, nutricionales y físicas.
1) Tratamiento farmacológico (bajo supervisión)
El veterinario puede indicar AINEs, analgésicos y condroprotectores. En casos seleccionados, se valoran terapias regenerativas como PRP o células madre.
2) Suplementos y nutrición articular
Suplementos articulares con glucosamina, condroitina, colágeno hidrolizado y omega-3 contribuyen a reducir la inflamación y mejorar la lubricación. Antioxidantes como cúrcuma o arándanos pueden apoyar el manejo (siempre con indicación veterinaria).
3) Fisioterapia y rehabilitación
La fisioterapia canina es clave para ganar movilidad sin dolor: hidroterapia, masajes, estiramientos pasivos y electroestimulación fortalecen sin impacto.
Ejemplo: con Luna, cuyo dolor era cervical, la combinación de medicación y terapia manual mejoró su rigidez hasta poder moverse sin queja. Sigue activa, pero bajo vigilancia para evitar recaídas.

Checklist: ejercicios suaves para tu perro senior
- Caminatas en superficie blanda (5–10 min, 2× al día).
- Usar rampas suaves en lugar de escaleras.
- Ejercicio acuático asistido 1–2 veces/semana.
- Masajes circulares en cadera y hombros (3 min por zona).
- Estiramientos pasivos tras el paseo (lentos y controlados).
4) Adaptar el hogar para reducir el dolor
El entorno importa tanto como el tratamiento. Colocá alfombras antideslizantes, elegí camas ortopédicas de espuma viscoelástica y evitá suelos resbaladizos.
Si tu perro ha perdido visión, no muevas los muebles: conservar rutas memorizadas, bloquear escaleras y usar referencias olfativas/sonoras reduce caídas y ansiedad.

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Ejercicios simples y seguros que ayudan a aliviar rigidez, fortalecer articulaciones y mejorar la movilidad diaria.
📥 Descargar guía en PDFPrevención del dolor y mantenimiento de la movilidad
La mejor forma de tratar el dolor es evitar que avance. La artrosis y los problemas de movilidad progresan lentamente: una rutina preventiva marca la diferencia.
Rutina preventiva semanal
- Chequeo veterinario cada 6 meses (revisión osteoarticular y peso).
- Sesión de fisioterapia o masaje relajante 1× por semana.
- Control de uñas y almohadillas (evita resbalones y malas posturas).
- Alimentación rica en proteínas magras y omega-3.
- Ejercicio moderado diario (ver guía PDF).

Mantené temperatura ambiental estable (especialmente en invierno) y superficies cálidas. Evitá cambios bruscos de clima y no fuerces el ejercicio en días fríos: el calentamiento previo es esencial.
Bienestar emocional y acompañamiento
El dolor crónico afecta también el estado emocional. Un perro con limitaciones puede sentirse inseguro o frustrado. Cuidar su mente es tan importante como su movilidad.
El vínculo como medicina
El contacto afectivo y la comunicación tranquila reducen la percepción del dolor: hablale con voz suave, ofrecé caricias controladas y mantené rutinas previsibles.
Experiencia: ver hoy a Dakota independiente alegra mucho y, a la vez, invita a mantenerse alerta. Esa vigilancia cariñosa forma parte del tratamiento.
Manejo de ansiedad y pérdida sensorial
La pérdida de visión u oído agrava la inseguridad. Usá olores familiares y mantené el mobiliario fijo para evitar desorientación. Los juegos mentales suaves (olfato, búsqueda de snacks) ayudan a mantener la mente activa.
¿Cuándo acudir nuevamente al veterinario?
Consultá si observás cualquiera de estos signos, incluso si ya hay tratamiento en curso:
- Empeoramiento repentino de la cojera o dolor al levantarse.
- Rechazo al movimiento pese a la medicación.
- Incontinencia o tropiezos frecuentes.
- Fiebre, apatía o llanto nocturno.
Una evaluación preventiva a tiempo permite ajustar dosis, considerar terapias regenerativas o derivar a rehabilitación avanzada.
Preguntas frecuentes sobre movilidad y dolor en perros mayores
¿Cómo saber si mi perro mayor tiene dolor articular?
¿Qué ejercicios ayudan a un perro con artrosis o displasia de cadera?
¿Por qué mi perro sale corriendo feliz y después termina cojeando?
¿Qué hacer si mi perro tiene rigidez o dolor en el cuello (problemas cervicales)?
¿Cómo ayudar a un perro mayor que se ha quedado ciego a moverse sin miedo?
¿Debo mover los muebles si mi perro ya no ve bien?
¿Puede un perro con displasia de cadera volver a caminar normalmente?
¿Puedo darle suplementos sin receta veterinaria?
¿Cuándo debo considerar fisioterapia profesional?
¿Qué tipo de cama ayuda a perros con dolor articular o pérdida de visión?
Conclusión: moverse sin dolor es vivir con dignidad
La movilidad no es solo un asunto físico; es la base de la libertad y la felicidad de tu perro mayor. Cuidarla significa ofrecerle más días sin dolor, más paseos juntos y más confianza para seguir explorando el mundo a su ritmo.
No esperes a ver cojera o quejas. Empezá hoy con rutinas suaves, alimentación equilibrada y chequeos preventivos. Tu constancia puede transformar su vejez en una etapa tranquila, llena de amor y movimiento consciente.
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Aprendé sobre salud, bienestar, nutrición y prevención del dolor.
Ver la guía principalEste artículo tiene fines informativos y no reemplaza la atención veterinaria profesional.